Era una pareja que vivía en un mundo en el que el amor había dejado de ser pletórico para convertirse en solo un ingrediente más de lo cotidiano. Al existir en un mundo en el que ya nada parecía imposible, la gente perdió su capacidad de asombro e ingenuidad, por lo que el amor perdió su trono como el mas inmenso e indefinible concepto, siendo ignorado por las personas que al poder transformarse a su antojo y en cualquier cosa que pudieran imaginar, centraban toda su atención en el exterior, olvidando por completo sus mas profundos sentimientos, su alma.

Pero para esta rara pareja, tan íntimamente unida por el tierno abrazo de la candidez, esta barrera impuesta por una voluntariamente martirizada sociedad no representaba ningún límite, sino al contrario les inculcaba medios y maneras para demostrarse su infinito amor, ya fuera disfrutando de cualquier aspecto que pudieran tomar y seguir teniendo la certeza de que detrás de esta metamorfosis seguían inmersas esa personalidad y carisma que mutuamente disfrutaban, o gozando del superar esa barrera de los roces superficiales y establecidos para llegar a la sublime y pura dicha de amar con locura…

Todo esto era claro ficticio, obra de un hombre solitario que por mas que plasmara en el papel gastando su tinta mientras agregaba detalles a la historia de estos enamorados cambiando de forma frente al espejo para imaginar la indescriptible dicha de dar vida a sus personajes, siempre caía en la dura realidad de que aun cambiando el aspecto de su cuerpo y sus ideas, jamás podría cambiar el aspecto del su mundo, lentamente se paro de su asiento y vio por la ventana las caras de los transeúntes que denotaban tristeza y vacio mientras cambiaban de forma, solo un leve suspiro, miro a su alrededor y siguió escribiendo…